miércoles, 24 de agosto de 2011

Totito Super Star

Lo dije a penas llegamos, mi hijo causa sensación entre los coreanos. No es que yo sea su madre (jajaja, típico comentario nerd de mamá) pero ¡pucha que llama la atención!

Incluso el taxista más pesado se derrite cuando lo escucha atrás tratando de saludarlo diciéndole “yes?” –pobre, él jura que eso es un saludo…y en tono de pregunta más encima. La verdad es que sí está muy rico, pero como súper estrella también tiene sus momentos de divismo insoportable. Pero de verdad in-so-por-ta-ble.

Ayer fue domingo y salimos a pasear. Al bajarnos del tren en Seúl se hizo presente ‘Cristóbal’, el serio y malhumorado infante y comenzó la cuenta: ahí se produjo la primera pataleta. ¿Por qué? Ya ni me acuerdo. Quizá le quitamos una basura que recogió o quiso caminar solo cuando no podía, etc. Cualquier cosa puede gatillar un escándalo y este niño sí que es escandaloso cuando quiere. Ahí parte otra faceta de nuestra realidad como padres: la vergüenza.

Por lo general estamos muy orgullosos de Cristóbal, ¿quién no está chocho con su hijo?, pero en esos momentos quiero arrancar para no volver. Lamentablemente en Corea no es muy fácil pasar desapercibida como su mamá, así que no queda otra que hacerse cargo.

Increíblemente nunca hemos visto a un niñito(a) coreano con pataleta. Hay algunos que lloran, lógico, pero en una forma decente, no vergonzosa como la de mi retoño. Él es de esos que se retuerce si está amarrado en el coche, soltando todo tipo de líquidos corpóreos disponibles –dícese lágrimas, saliva, mocos, etc.- con un griterío que fácilmente podría hacer pensar a un desconocido que le tenemos fierros calientes escondidos entre la ropa.

¿Lo sacamos?, ¿lo reto?, ¿lo aprieto?, ¿lo dejo que siga hasta que se le pase?, ¿le doy besitos y arrumacos para que se calme este energúmeno? ¡Ayyyyy! Espantoso.

Además la gente de acá no es de mucha ayuda que digamos. Me llama la atención que cuando Cristóbal está teniendo un ataque la gente que pasa a nuestro lado por lo general ‘mete la cuchara’. No tengo idea qué dicen, pero todos opinan. Quizá me están dando el pésame, quizá me encuentran lo ´pior´ por dejarlo llorar, quizá le dicen garabatos, anda tú a saber, pero se meten. No ha faltado el iluso que por amoroso le ha tratado de pasar un dulce en medio de la batahola…en un segundo le llegó el dulce de vuelta de un solo manotazo. Eso en Chile no se ve. Como que uno está más acostumbrado al escándalo, creo yo. No llama tanto la atención un pendex pesote.

La hipótesis de Cristián es que acá les dan hierbitas calmantes a los niños, porque no puede ser tanta tranquilidad…me pregunto si se venden sin receta…

Lo bueno es que estos ataques así como parten, terminan. Le dura poco, pero en ese par de minutos me quita como 3 años de juventud y me saca unas 15 canas. Sin contar que limita más y más su futuro como hermano mayor. Y así, de la nada, parte la personalidad número dos: ‘Totito’.

Exquisitoooo, lleno de gracias. En libertad –caminando solo en el mall, por ejemplo- le dice “anión”(hola) a la gente!, corre, se esconde, ofrece high fives, pone caras y posa para las fotografías. Y no me refiero a que pose para nosotros, ¡posa para que los coreanos le saquen fotos!

Le sacan fotos en todas partes.

Una vez estábamos en una heladería, y unas niñas afuera, a través del vidrio, le hacían gracias y empezaron a sacar fotos, después llamaron a otra y también sacó cámara. Él chocho, obvio. Cerrando ojo y todo. En el museo, en los trenes, en restaurantes, en todos lados queda inmortalizado Totito. De verdad que suena chistoso, pero en cada paseo al menos unas cinco personas le sacan fotos.

Siendo paparazzeado

Quizá podríamos empezar a aprovechar esta realidad para solventar algunos gastos. Mi psicoterapia, quizá. No sería mala idea instalarme afuera de la estación de trenes con él, perreando. Así cada vez que vea una cámara yo podría estirar la mano y decir “one dollar”…seguro me lo dan. He sabido de gente que se ha hecho rica así.

Incluso estando acá en el condominio, en la plaza, las mamás se acercan para verlo, le dan chocolates y papas fritas y él sin moverse de su escritorio recibe y recibe…si supieran la bestia que está escondida detrás de esos cachetes…

Ganar algo de plata con este niñito sería una bonita forma de retribuirme a mí misma los malos ratos que tengo que pasar cuando ‘Cristóbal’ está presente. Unas rayas en una tarjeta para el Día de la Madre simplemente no son suficientes. 

Para ser justa, eso sí, debo reconocer que la personalidad amable y cariñosa del Toti es más recurrente…hasta ahora al menos.

Al final del día contamos cinco pataletas. Bastante mal, aunque se recuperó un poco en la noche. Fuimos a comer donde una compañera de pega de Cristián y nuevamente fue el alma de la fiesta. El orgullo ha vuelto.

2 comentarios:

  1. mi extrañada hija:
    x lo q leo en tu blog, estoy de acuerdo c/Alex en q deberìas escribir un libro cuando regreses a Chile,aunq sea para tu family.Con tus escritos me recuerdas los inicios de la Isabel allende en sus inicios en la revista "Paula" en la q hacìa unos cortos de "los impertinentes" y "civilise a su hombre" eran para c... de la risa y muy reales del diario vivir de una sra. y mamà +o- como tù.
    Te ama <3........Tachy

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  2. Parece buena idea lo de aprovechar el éxito de la estrella de la familia, pero sería feo estirar la mano. Sugiero poner un sobrero en el suelo... que me parece mas digno, y no poner caritas, y que lo recaudado sea depositado como ahorro para el que lo genera, de o contrario sería explotación infantil (muy feo)
    Tu padre

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Gracias!