viernes, 30 de septiembre de 2011

Madre hay una sola

Hay dos cosas muuuuy extrañas que no sé por qué se me olvidó mencionar antes. En Corea incluyen el año del embarazo como edad de la persona, por lo que acá mi hijo no tiene un año, sino tres. Se cuenta el 2009 (año en que nació), 2010 y 2011. Por lo mismo yo acá tengo 31 y no mis dulces y primaverales 30 como en occidente. El otro día le dije a alguien que mi guagua tenía un año y pensó que era recién nacido. Raro, ¿cierto?

Lo otro es que lo normal en Corea es que los papás duerman con sus hijos hasta que los niños tienen unos 6 ó 7 años. Duermen todos juntos, en familia, aunque haya tres niños en el medio. Otra cosa que sería mega extraño para nosotros, pero que está muy arraigado en esta cultura.

El otro día fui a almorzar con dos vecinas del condominio que tienen hijos como de la edad del mío. Súper amorosas ellas. Conversamos mucho acerca de estas diferencias culturales y las dos me decían que envidiaban nuestro sistema, que les encantaría poder “desprenderse” así de sus hijos, pero que era imposible. Me comentaban que no soportan escuchar llorar a sus niños y que les simplifica la vida tenerlos al lado durante la noche. Además, decían que aunque intentaran dejarlos llorar unos minutos en el colche, por ejemplo, no podían porque sabían que iban a ser fuertemente juzgadas por los demás. Acá no es bien visto que dejes llorando a tu hijo, aunque sea una simple mañana que se le va a pasar en unos minutos. Con razón todos me hablan y seudo gritonean cuando reto al Toti en público…

Caminando hacia el restaurant la hija de ocho meses de una de ellas se quejó. No alcanzó a ser llanto, pero se notaba que no quería estar en el coche. La mamá paró, se puso el “canguro” y puso a la guagua ahí. La movía y trataba de consolar como si la niñita estuviera sufriendo. Se notaba que estaba estresada al no poder calmarla de inmediato. Me pedía disculpas por el ruido y me decía que no sabía qué hacer. Mientras tanto la amiga sacaba el chupete y se lo trataba de poner a la guagua. Cuando la niñita no lo quiso trató de ayudar ofreciéndole una galleta…A mí la verdad me daba lo mismo la queja de la guagua. Los niños son así, llorar es la única forma que tienen de expresarse y eso no quiere decir que vayan a estar traumados después. Al final tanto nerviosismo de la mamá y de la otra mujer fue lo que más me incomodó.

Es increíble la entrega que estas mamás tienen hacia sus niños. La gran mayoría son mujeres profesionales, muy bien educadas, pero que al convertirse en mamás dejan de lado sus carreras para ser dueñas de casa 24/7. ¿Por qué? Primero porque así han sido las cosas siempre, están acostumbradas, y segundo porque las niñeras son extremadamente caras y muy pocos jardines aceptan niños de meses. El gobierno tampoco ofrece guarderías. En pocas palabras quedan con las manos atadas si es que no tienen algún familiar que las ayude.

En la plaza me llama la atención verlas tan tranquilas. Jamás he escuchado a alguna pegarle un grito a sus niños, menos un zamarreo ni nada parecido. Mi voz es la única que se escucha –casi- aparte de la de los niños.

Las mamás son muy unidas entre ellas, comparten todo, juguetes, cosas para comer e incluso el cuidado de los niños en los juegos. De hecho a veces es difícil distinguir quién es la mamá de quién porque todas cuidan a todos. Desde afuera parece tan natural, tan bien asumido este sacrificio que hacen día a día por ellos, pero al conocer a la gente un poquito más de cerca te das cuenta que es una carga que han aprendido a llevar, pero que les encantaría dejar de lado.

Me he hecho bien amiga de una coreana que tiene dos hijos. El mayor es más chico que Cristóbal y la guagua tiene recién tres meses. Ella es la única coreana que he conocido, con hijos, que trabaja. Me decía que durante mucho tiempo pensó en renunciar, ya que pagar el jardín de su hijo más la nana para su guagua era casi equivalente a su sueldo -la eterna disyuntiva-, pero que al final había decidido “aguantar” estos tres años difíciles que le iban a tocar con tal de mantener un trabajo que le diera posibilidades de ascender. Según ella muchas de sus amigas que han renunciado para cuidar a sus familias tratan de volver al mundo laboral después de un tiempo, pero es simplemente imposible. Al parecer no se perdona el “abandono”, por lo que las mujeres quedan destinadas a trabajos de poca responsabilidad, con poco sueldo.

Ella tiene una buena pega. Vivió en Estados Unidos por unos años y si bien su mentalidad está más occidentalizada que la del resto, igual se nota la culpa en sus palabras cuando trata de explicar por qué sigue trabajando. Sacando las cuentas se gasta cerca de un millón de pesos chilenos al mes sólo en el cuidado de sus hijos. Setecientos mil van directo a la nana.

En Chile, al menos en apariencia, ‘la tenemos’ más fácil. Las nanas son más baratas, la vida en general también y, bueno o no, al menos existe un sistema de jardines y salas cuna que nos da la posibilidad de trabajar sin que nuestros hijos queden descuidados. Sin embrago la eterna pregunta persiste: ¿vale la pena trabajar fuera de la casa para llegar a las 7 u 8pm, dar comida, bañar y acostar a los niños, día tras día, sin siquiera tener la energía para jugar un rato con ellos?, ¿o para escucharlos?, ¿o enseñarles algo?. ¿Es esa la mamá que queremos que nuestros hijos recuerden cuando sean grande? Me atormenta pensar que en el futuro mi hijo pueda criticarme por haber sido una mamá fome o amargada...que sienta que no lo disfruté...o peor aún, que yo crea que no lo hice.

Al pensar en esto me doy una vez más con la nunca bien ponderada roca en los dientes por la oportunidad que estoy teniendo ahora. Tengo la posibilidad de mandar a mi hijo a un buen jardín, donde creo está seguro y estimulado, y además tengo tiempo y energía para hacerle comida, sacarlo a pasear y jugar con él.

Finalmente me queda claro que ningún sistema es perfecto. Creo que las mujeres estamos destinadas –o programadas quizá- a sentir culpa hagamos lo que hagamos. “Show me a woman without guilt and I will show you a man” leí por ahí…



1 comentario:

  1. Lo q leìste x ahì (en inglish) es la puritita verdad, pero como mamà vieja te digo q las culpas de una q en gral.criò a sus hijos (8o12/7) y q tuvo "varios", es màs livianita y a lo largo de la vida te das cuenta q el resultado es estupendo y te hace sentir muy orgullosa de dejar personas valiosas y equilibradas q son tan necesarias en este mundo

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Gracias!